domingo, 15 de julio de 2012

Noche inolvidable, al menos para mi.

Que San Vicente do Mar es un sitio privilegiado, a parte de por su clima: sus playas, su entorno natural en general, etc. es de dominio público. Pero si a todo esto, le añadimos el Náutico, lo convierte en un sitio especial. Personalmente, he acudido innumerables veces al Náutico, a lo largo de más de 20 años, he asistido a muchos, muchos conciertos, y reconozco que con los años, me he ido desinteresando por los mismos. Recuerdo el año pasado, cuando me hablaron de ir a un concierto de Iván Ferreiro, le comenté a un amigo: "Tío, a mi Iván Ferreiro me la sopla, yo si quieres voy y me tomo las copas que hagan falta contigo mientras arreglamos el mundo, pero del concierto paso". Y así fue, entramos en el recinto, nos tomamos unas copas lo más alejados del concierto posible y lo pasamos bomba. Todo esto iba en relación a mi creciente desinterés por los conciertos a medida que los años han ido cayendo, y es que hoy se ha cumplido la excepción que confirma la regla, un concierto de un grupo llamado AContrablues: ha sido como volver a tener 21 años, he disfrutado como un enano con un concierto, y no ha sido porque escuchara las canciones con las que crecí, no ha sido como escuchar la voz de Miguel Costas (si me lee, que no lo creo, estará pensando en decirme: "Tú sabes cuantas veces he tenido que oir el coñazo ese de: yo crecí con tu música tío"), sino porque símplemente me ha encantado. Que maravilla escuchar el Night Time Is the Right Time o el How Blue Can You Get de B.B. King. Hoy puedo decir, que me he reencontrado con la música en directo. (Y no digamos ya cuando en los bises, y ya en un tono más rockanrollero se atrevieron con el Más Sexy de Coz). En fin, que he disfrutado de nuevo con un concierto, y no ha sido en un pabellón municipal, ni en un auditorio, ni en un estadio de fútbol, ha sido en el Náutico de San Vicente.