Que ganas tengo de ir. Esta tarde cargaré a la pitufa, a la mamá y a las tres toneladas de equipaje en la patera con ruedas y para San Vicente. Bueno, a Noalla, a casa de mi suegra, porque la casa de San Vicente no está tan bien acondicionada para el invierno.
Desde hacía muchos años no pasaba tanto tiempo sin ir por allí, y la verdad es que se me ha hecho durilla la cosa. Este año, tengo la suerte, igual que el pasado de poder coger la Semana Santa entera. A ver si hace buen tiempo y puedo volverme con una buena colección de fotos e historias para poder seguir con este blog.
Un saludo y nos vemos en San Vicente.
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