Se trata de la playa junto con Farruco, con oleaje má tranquilo de la zona. Está muy resguardada del mar de fondo predominante en la zona, que es el del noroeste, y las rocas que hay frente a la playa la protegen del oleaje los días de temporal con viendo del sur.
Esta playa tradicionalmente ha sido el fondeadero natural de los pescadores de la zona, de hecho, en mitad de la playa, medio enterrada por la arena existe una rampa de varado de cuando en la playa existía una fábrica de salazón, hoy reconvertida en local de ocio.
La playa tiene muchos metros de línea de mar, tanto con marea alta como baja, su arean es blanca y fina, pero debido a los efectos de las mareas, tiene muchas piedras traidas por el mar.
En el proyecto original de San Vicente do Mar, esta playa fue la escogida para albergar el puerto deportivo que luego nunca se ejecutó. La idea era aprovechar el puerto natural que forma esta playa y utilizar los “Petones de la Barrosa como parte del espigón que abrigaría el puerto.
La playa se puede utilizar como fondeadero, de hecho más de un marinero la sigue utilizando, pero hay que tener cuidado con una piedra que hay en el lado este de la playa. Lo ideal es contar con una buena carta marina o con el consejo de alguien que conozca bien la zona.